martes, 29 de junio de 2010

EL PASTEL IMPOSIBLE

(…y recuerden que cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia)

Seguramente se les hizo agua la boca cuando leyeron el título y pensaron ese pastel de moda que es mitad chocolate abajo y flan arriba, es por ello que le llaman el pastel imposible, pero como aquí no hay blogs gourmet… les diré que esta historia no tiene nada que ver con repostería aunque en ella sí mencionaré un bombón…

Y bien, Denia a sus 28 años adoraba recorrer los rincones de nuestro bello país, cada vez que estaba hasta la madre de nuestra bella (contaminada, llena de tráfico, de las desquiciantes obras del bicentenario, y demás demonios…) ciudad llenaba su maletita “Luis Guitrón” con tres trapos, se trepaba en su 4×4 para tomar carretera a donde podía. Cuando la lana le alcanzaba hasta se lanzaba al aeropuerto y tomaba el primer avión que hubiera a algún destino playero o paradisiaco…Pero en esta ocasión sólo le alcanzaron sus pesos para irse a San Miguel de Allende (pero vamos, qué bonito es San Miguel, ¡me cae!).

Nadie lo creería, se transformaba de abogada de traje sastre finísimo del diario, a aventurera trota mundos en dos patadas, como lo hacía la mujer maravilla con su lindo y sexy trajecito, pero bueno Denia sólo se ponía sus jeans cualquier playera y a volar, bueno en este caso, ¡a rodar!

Ese viernes llegó a San Miguel por la tarde ( claro le pisó a su troca entre 120 y 140 kms por hora, así ha de haber tenido ganas de mandar todo a la shit, creo yo).

Finalmente encontró una linda y soleada habitación cerca del centro del aquel hermoso, colonial y pintoresco pueblito de Guanajuato.

Salió a la plaza y lo primero que hizo, fue comprarse una nieve de limón y sentarse en una banquita a ver pasar a la gente, ver a los niños jugar (quienes vaya que se divertían chingón, no como los pobres chamacos chilangos que tienen que salir a jugar con armadura y guarros para que no les pase nada), y así iba cayendo la tarde.

Se fue a un lindo restaurante de comida italiana acompañada de un buen libro y algo de lana para al menos darse el lujo de algún tinto de calidad que le ayudara a anestesiar un poco su rutina diaria de litigios y corrupción en los juzgados.

Se clavó comiendo su lasaña, (aunque claro ella realmente tenía antojo de un “penne arrabiata, o a la putanesca”) pero pos hay que comer de lo que hay…a la hora de pedir su express cortado, y a punto de prender su cigarrito, otra persona le hizo el favor, vaya sorpresa, (pues nunca pensó que los anglos fueran tan atentos), en esta ocasión el rubio no era ni gringo, ni alemán, ni sueco, ni bosnio…Christoph era irlandés, del mero mero Dublín.

Christoph le encendió el cigarro y cuando Denia le vio esos ojos azules del tamaño de su cara, también se le encendió otra cosa, pero era muy pronto para entrar en calor…

Este galán también andaba dando el rol solapa, y comenzaron a platicar, Denia pensó que el hecho de haber terminado de leer la novela de James Joyce (Dublineses) era definitivamente una señal.

Pasaron varias horas hasta que casi los corren del restaurante, ya los meseros barrían y el tinto se le había subido un poco a la cabeza, para esas horas ya ambos sabían sus datos básicos, edad, estado civil, signo zodiacal, carrera posición social, hobbies, película favorita, apodo,amigos, enemigos, gustos y disgustos… y como diría la D´alesio, amor y desamor.

Caminaron un rato por la plaza (sin miedo a ser asaltados a las doce de la noche, claro está). Por la mente de Denia iban y venían flashazos de historias instantáneas que comenzó a imaginar con el susodicho. Había tenido una semana de perros en la notaría , luego entonces, en lo primero que pensaba la neta era en irse a jetear, igual meterse un rato en la tina de hotel y dormir cual bebé.

Así es que le pidió al “come tréboles” que la acompañara hasta la puerta del hotel, el muy decente lo hizo y quedaron de verse al otro día para dar algún recorrido por la zona.

Christopher llegó por ella a eso de las 9 de la madrugada con previo Jeep rentado, si de esos que ni techo tienen, el día estaba poca madre de sol, y se fueron por los campos en chinga!, vaya aventura. A la hora del hambre (estomacal claro…) pararon en un changarrito de tacos y le empacaron grueso. Ya comidos (insisto estomacalmente), continuaron su travesía, ya eran casi las 7pm y fueron a ver el atardecer cerca de una vieja hacienda. (Puts, si ya lo sé suena a telenovela de Amor Real! Pero nada que ver con la historia de arriba), para quitarle un poco lo cursi a esta entrega, les diré que en pleno pastito extendieron un vil zarape de esos a cuadros, y orale, los besos no se hicieron esperar, Chrisopher, 1.90, cuerpo sabrosito, de esos delgados que dejan ver sus músculos sin ser mamadísimos.

…Todo listo para el acto, y señores, nadie podía haber intuido que los Irlandeses estuvieran aún más dotados que cualquier negrito o alemán (de esos de salchicha Frankfurt) Pobre Chris, pobre Denia…Las proporciones del Dublinés eran tan impactantes que un concurso de miembros grandes para porn star lo hubieran descalificado por aventajado!, no hubo manera de que Chris penetrase a Denia, no hubo manera de que ese acto pudiera culminar, Denia tenía los ojos de plato y hubiera deseado que su excelsa partecita hubiera sido al menos más elástica o adaptable a cualquier tamaño, pero no, el acto fue imposible de consumar, no hubo posición alguna que les cumpliera el milagro de llegar al punto que todos siempre añoramos ¡El bendito y bien ponderado orgasmo!…En fin, sólo les quedó soltar una risita amable de “ya ni pedo” ahí pa´ la otra, un fajesito para al menos calmar la sed (¿de amar?) y regresar al pueblo medio insatisfechos y por qué no, un poco de jeta.

Christoph triste le comentó a Denia con humildad que ese había sido siempre un gran problema para él…Denía lo consoló con aquel dicho de “más vale que sobre y no que falte”, brother, no hay tox, seguramente harás muy feliz a otra (¡que le quepa claro!) a Denia sólo le cupo la duda, pues nunca iba a saber cómo le hubiera sabido un buen polvo con el Dublinés…

Ni hablar, todo se compensó con dormir juntos esa noche, abrazados, y desnudos, (digo, ya por no dejar, se siguieron toqueteando, pero no es lo mismo que lo mesmo…), desayuno continental al otro día, recorrido de shoping , compra de artesanías, fotos digitales, e intercambio de e mails…

Ya de regreso en carretera mientras manejaba de nuevo rumbo a la insoportable levedad de los lunes, recordó aquella demanda de una gringa a la que un accidente automovilístico le inmovilizó por algunas semanas la mandíbula, alegando que no podía hacerle el sexo oral a su esposo, exigiéndo por ello al demandado con quien chocó, miles de dólares…Denía pensó, que seguramente alguna irlandesa demandaría algún día a su propio marido porque al tratar de hacerle el sexo oral a Christopher se le iba a trabar también la mandíbula… Lo que es la vida, unas se quejan por poco y Denia llegó a quejarse por tanto…

(Este mes le rezaré a San Patricio para que nos mande algunos de estos hombres por acá… por mi y por todas mis compañeras…)

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