martes, 29 de junio de 2010

LA JEFA

Martín y Javier eran amigos inseparables desde la primaria, si Javier se cambiaba del equipo del basquet al de soccer, Martín lo hacía también. Sus tácticas de ligue eran compartidas, aunque Javi regularmente le llevaba ventaja a Martín, casi siempre andaban con chavas que fueran amigas para salir siempre de parejas y que ni las novias los separaran.
  Martín era un mes mayor que Javier, por ello un mes antes que él, Martín ya se había convertido en mayor de edad, hasta fue por su credencial de elector  -aunque no tuviera puta idea de por quién coños votar en algún momento-, (como si alguna pinche vez fueran a existir buenos candidatos…) Bué, fue a tramitarla para poder entrar a los antros y todo lo que se necesitara, incluso Javier lo llevó en su nave a hacer el trámite de hueva.
 

  Y claro, había algunas diferencias entre ambos; Martín no era muy alto, era más bien flaquito, tímido y estaba becado en la prepa, ya que vivía sólo con su mamá y su hermana, y no era Jr. como Javier, éste siempre tenía todo lo que le daba la gana, era hijo único y su jefe tenía todo el pinche varo, incluso era 20 años mayor que su mamá. Su guapa, y escultural mamá…

  Era la fiestota de 18 años de Javier, quien ya a esa edad era todo un heartbreaker; alto, bastante mamado, y desde los 16 ya le habían dado una súper nave, y lo que le esperaba ahora con su mayoría de edad… La fiesta estaba llena de chavitas hermosas, parecían todas una barbie, y claro, querían todo con Javier, aunque muchas ya habían pasado por el asiento trasero de su nave deportiva.
  Los jefes del Javi, contrataron todo para hacer de la gran casa de interlomas, un antro y celebrar a su único hijo, esa fiesta era uno de los eventos más esperados en la prepa, pues además era el último año que toda la banda estaría junta.

  Otra gran diferencia entre ellos, es que Martín era quinto, y Javier ya llevaba unas 8 mocosas en su lista, Martín tenía promedio de 9.8 y Javier siempre pasaba de panzaso. Javier era el mejor atleta, Martín casi siempre estaba en la banca… Pero a la hora del desmadre, juntos lo pasaban bomba. Lamentablemente a Martín lo había cortado su novia Lola tres días antes de la mega fiesta.
  La jefa de Javi era la fantasía de toda la banda; a sus 42 años lucía espectacular, su esposo le había pagado los mejores senos que se puedan poner en suiza, la jefa, jugaba tenis 4 días a la semana, tenía las mejores piernas del club, la mejor ropa, la mejor nave, los mejores viajes, diamantes. maxibolsas Chanel y demás,sin embargo ya de sexo con el jefe ni hablar, era bien sabido que el ruco, a pesar de tener a la esposa más buena, tenía por ahí un par de amantes (obvio por su varo, ni modo que por galán…) Ese matrimonio había sido casi un trato entre familias, la jefa había parido al Javi a los 22 años, y casóse virgen.

   Así es que, nada es lo que parece, su vida no era tan perfecta, y siembre  buscaba su shot de adrenalina, lo cual no era nada, fácil pues más bien la servidumbre era una especie de Gestapo que vigilaba todos sus movimientos (sí, los de cadera también).
  

   La gran fiesta llegó; La alberca se llenó de velas flotantes, el Dj ruso tocaría hasta las 5 de la mañana, los mejores tragos, los bocadillos más finos, y un casino en la sala del billar que regalaba ipods en la ruleta, ¡no mamen! los pinches pubertos iban a tener la mejor noche del mundo, cien veces mejor que su graduación naca con crema de cilantro.

  Ya a eso de las 2 de la mañana, la jefa se encontró con Martín en una banca de lo más escondida en el jardín, el chico estaba ya un poco pedo y medio depre por la ausencia de su querida Lola, y el problema fue que Martín la respetó demasiado, y la chica ya quería que le dieran para sus pues era dos años mayor que Martincito… sin embargo el güey tenía miedo de cagarla en la cama, por su nula experiencia sexual, a pesar de todas las cátedras de Javier, a Martín con todo y su 9.8 de promedio, la teoría en este rubro, no le era de mucha ayuda.
  -¿Qué te pasa Martín, por qué tan solo? (así o más trillada la pregunta de la jefa).
  -Nada señora, sólo ando un poco mareado…
  -Dime Marisa, si me dices señora me siento Ñora… ¿Oye te dije alguna vez que tienes unos ojos hermosos?
  (Puffff, pensó., le dije alguna vez que usted está re buena?, puta madre).
  -Gracias, señora, digo Marisa.
  -Qué lindos labios tienes niño, y pensar que ayer apenas les hacía fiestas de payaso y globos… cómo vuela el tiempo, mira ahora ya los dos con 18 años… ¿Martín, crees que soy bonita?
  -Señora, digo Marisa, ¿por qué me lo preguntas?, cla, claro que u u usted es linda… todos opinan lo mismo…
-¿Todos quiénes?
Pues toda la banda, a poco no se da cuenta de cómo la miran los cuates, pero bueno, siempre con el respeto que se merece…
Martín, ¿Me darías un beso?
¡Qué! ¿Es broma no? (Ché ruca me está chamaqueando, o hay una cámara escondida en la casita del árbol).
Dame un beso, anda, nadie nos va a ver.
Seño… digo Marisa, no, cómo creé, Javi es mi mejor amigopppppp!
 No lo dejó terminar, pues el beso, ya ni se lo pidió, se lo robó, la jefa andaba sumamente ganosa, Martín no era un adonis pero se defendía, tenía unos ojitos verdes que le heredó a su abuela, con pestañas tupidas y rizadas, y la neta sí tenía una boca linda mega besable… ( así quién no, digo yo).

Al principio Martín puso un poco de resistencia, pero después, fluyó cual pluma al viento; la jefa lo tomó de la mano y lo llevó hasta el cuarto de máquinas en donde está la caldera de la alberca, y vaya que la caldera se apegaba completamente al contexto de lo ca-liente, de lo ca-chondo, y vulgarmente del un buen ca-ldo.

La jefa lo pegó contra la pared subiéndole la playera y acariciando su lampiño y suave pecho, el wey difícilmente metía las manos ante tal intento de “violación”, pero bueno el niño, ya era canchita reglamentaria.

La jefa desabrochó su cinturón con la intención de abrir los botones de sus jeans y bajarlos, Martín estaba sumamente nervioso de que los cacharan, quería detenerse pero había algo que se lo impedía. (Obvio la calentura CA!).

Varias veces detuvo a la jefa pero ella lo seguía besando y lo tenía acorralado, hasta que ella dirigió las manos del puberto hacia las mejores partes de su cuerpo (las naturales y las de silicón).

Martín acostumbrado a los pechitos de la Lola y los pocos fajes logrados, tenía la erección más cabrona que haya tenido en su puberta vida.

La jefa lo acostó en uno de los tumbones, ¿pueden creer que de su brasier hermoso Chanel, sacó un condón? , sí, la jefa ya tenía bien planeadas sus crudas intenciones…

Finalmente le bajó los jeans a Martín, el boxer, y le hizo un blow job, Martín casi lloraba… pero lo disfrutó enormemente y para rematar, la jefa le colocó el condón al mocoso…
-Anda, hazme el amor
-(¿huh? Pensó, ¿¡hazme el amor?!, ¿pos qué coños somos…? que se lo haga su panzón y pelón marido).

Como la jefa lo vio indeciso, ella se subió en él, e hizo todo el trabajo hasta venirse, Martín no pudo contenerse por mucho tiempo, pero ambos quedaron satisfechos…

La jefa le dio unos besos más, se vistió de volada, pidiéndole a Martín que se esperara unos 20 minutos para salir después que ella.

“Cuento con tu discreción” (léase; no te atrevas a abrir le hocico pendejete).

Martín estaba hecho un verdadero pendejo, vamos en shock, y aunque no le hubiera dado la orden doña tenista, le iba a costar un huevo reincorporarse a la realidad del exterior.

Uno de los mozos vio salir a la jefa del cuarto de máquinas…

-¿Se le ofrece algo señora?
-Armando, quién dejó prendida la caldera, si no vamos a usar  hoy la alberca, es un gastadero de gas… pero ya la apagué.
-Sí señora… (¿HUH?)

La jefa se integró de nuevo en la fiesta, entre los pubertos y demás, el jefe obvio no jeteó en el cantón, argumentando que la música lo iba a enloquecer y no iba a poder planchar la oreja como Dios manda; y claro el muy cabrón pernoctó con una de sus queridas.

La jefa, fue por un par de tragos y actuó como si nada, pero su sonrisa tenía un dejo de placer y su rostro estaba ligeramente rojito.

Martín sin embargo, tardó media hora en salir, prendió su celular y bien sacado de onda le marcó a Lola en chinga.

-Te extraño por favor, regresa conmigo…
-¿Estás en la fiesta?
-Sí por favor ven, te lo suplico… te amo.
-Ok, voy para allá, deja ver si mi pinche hermano me lleva a esta hora.

A los 40 minutos llegó Lola, entre la gente, las luces, la musicota y el humo del cigarro buscó a Martín hasta que lo encontró, se abrazaron y se besaron apasionadamente, onda peli ochentera.

Martín la llevó al fondo del jardín para rogarle que regresara con él, y posteriormente al cuarto de Máquinas, para demostrarle que ya era todo un hombre… y le hizo el amor, Lola estaba feliz… se quedaron abrazados un rato un rato, y después salieron ya casi cuando la fiesta moría.

¡Weeyyyy!, le gritó el Javi, dónde te metiste toda la noche cuelero… (¡Gluc!), pero Lola lo salvó, “Estábamos hablando en el jardín, ya regresamos”.
¡Ah chido CA, mientras sea por eso no hay pedo, porque este cabrón, no es mi amigo weeeyyyy, es mi hermanooooo, (ya bien pedo claro, dando abracitos mega incómodos de wey ebrio que casi se cae), y pues sí, de alguna forma u otra esa noche se convirtieron en hermanos, pues la jefa les brindó su cariño a los dos…

Fact SEX&DF: Por joderle las nalgas y la salud a varias, entamban de volada a De Albornoz… 6 meses de la tragedia de la guardería ABC y no hay un sólo detenido, pinche justicia en este país.

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