martes, 29 de junio de 2010

EL PODER DE UNOS ZAPATOS...

Mirna era la clásica buena onda, pero medio “lou profail” en la uni, era bastante bonita pero no le gustaba mucho llamar la atención. Por lo general tenía más amigos que amigas y era de aquellas que no se le conocían muchos novios.

Hacía ya dos años que se  recibió y por ahora estaba desempleada,  ya había trabajado en todo menos en algo que tuviera que ver con su carrera ingeniera industrial. Más no todo en esta vida le salía tan mal, para su buena suerte los vecinos de al lado, eran una pareja sueca ya entrados en años, quienes pasaban medio año en el DF y medio año en su país, así es que durante la temporada de ausencia le ofrecían a Mirna que cuidara de su gran casa, y a parte de poder vivir ahí sola, le depositaban una lana para que les pagara las cuentas y un extra para sus chicles (sí, al parecer sólo le alcanzaba para eso, o bueno pa’ sus chelitas…)

Era cómodo, pues podía pasar a casa de sus papás y comer con ellos, ya después si andaba medio hasta la madre se pasaba a casa de los suecos a evadirse en la compu.

Una tarde de hueva en miércoles, le llegó un mail en donde la invitaban a una comida de su generación, ella de volada confirmó su excelsa asistencia para el sabadaba.

Llegó el día, se arregló y vistió como lo hacía a diario, la neta cero le echó ganitas, vaya, quería ver a su banda pero tampoco era algo que la excitara como para pagar un alaciado express o siquiera maquillarse.

Llegó a aquel gran jardín en Coyoacán, el aroma a carne asada se percibía desde la esquina, y la música se escuchaba desde que te estacionabas.

Entró como buscando caras conocidas y encontró un par, aunque tristemente sus dos mejores amigos de la carrera no estaban ahí, uno ya vivía en León y al otro lo habían cazado (sí con Z ) y se lo habían llevado con todo y chamaco a Londres.

Así es que se llegó directo a la mesa de las bebidas, tomó su chelita, prendió su cigarrito y charló un rato con Abraham y el Pato.

Haciendo fila en los taquechis al pastor con plato en mano, se le acercó Roberto y la saludó efusivamente…

Ella se sacó de onda y se quitó agresivamente, no tenía puta idea de quién coños la había pretendido estrujar de esa manera (digo no era nada feo, pero quién se creía para abrazarla así…)

-Qué onda Mirnita, ¿no te acuerdas de mi?

Mirna lo miró fijamente; como que esos ojos café con ceja poblada se le hacían familiares, pero…

-No mames!!! El Cristo de Xochimilco… ¡ERES TÚ CABRÓN!

(Entren en contexto; toda la uni este tío se dejó la barba y el cabello largo, parecía un cristo, y como el campus estaba en Xochi, pos así lo apodaron toda la carrera…)

Claro, ahora ya con corte de cabello casual, rasuradito y oliendo a loción de guapo (sí, yo divido los aromas en tres, no en maderas, ni cítricos, es loción de guapo, aroma a ñor, y olor a naco, léase avon de bota o carrito).

-Qué gusto, y ese look, hasta pareces gente decente…
- Pus ya ves, por la chamba, políticas de hueva, pero qué es de tu vida, ¡qué bien te ves! (claro luego luego la táctica del halago, ¡bien hecho!)
-MMMmmm, nada, la neta no mucho, deja pido unos tacos y nos sentamos a platicar, ¿te quieres formar aquí?
- ¿En esta cola?, me estás albureando, ¡JAAAA! (¡mta!) se reía solito de su chiste…

Ya con taco en plato se sentaron en una mesa, y la plática fue tan amena que solo iban por más chelas y seguían echando el chal como si fueran dos grandes amigos… o amigas, o amiguis (como gusten…)

El frío de la noche comenzó a calar y surgieron los planes alternos, de ahí al antro y de ahí al depa delRobert.

-Shhh no hagas mucho ruido porque mi roomie se levanta tempra mañana, ¿quieres jugar güi” ?

¡Sí que chido, oye pero andamos bien pedos!, ¿se puede jugar así?

Les dieron las 6 de la mañana y seguían jugando, lo pasaron como dos chamacos de 10 años, ya les dolía la panza de tanta risa, de esa risa con la que lloras, sin duda la mejor! A esa hora Roberto llevó a Mirna a casa, retomar esa amistad sin duda pintaba para algo mega divertido.

Al otro día en cuanto Roberto pudo despegar el ojo le llamó a Mirna y la invitó a comer bueno casi a cenar pues ya daban las 8 de la noche, otras horas más de intensa risa y charla interminable.

- Oye aprovechando que no trabajas, bueno no te ofendas, acompáñame a comprar mañana un traje, tengo una boda el fin y me da hueva ir a las tiendas solo…
- Va, va, pasas por mi…

Ese lunes a eso de las dos de la tarde fueron a Santa Fe, Mirna con sus tenicitos, cabello atado y sin maquillar…

Entre tienda y tienda pasaron por un aparador lleno de zapatos mega trendy (leáse chingones), Roberto le dijo, oye, ¿por qué no te pruebas un par?
- Como pa’ qué, si ni me los voy a comprar, ni me los voy a poner…
- A ver, pruébate ese par y si te gustan te los disparo ¿va?
-Nah, no es necesario, ni siquiera se caminar en tacones…
-Vamos a entrar, nomás te los pruebas y ya! es divertido.
-¿Tas seguro que no eres gay? sólo ellos disfrutan hacer este tipo de cosas.
- ¿Y tú estás segura de ser niña?, a qué chava no la enloquecen los zapatos…
-¡Va! sin comentarios, pues.

Entraron a la tienda y pidieron unos del 4 y medio, a Mirna le dio pena sacarse su converse y quitarse el calcetín, aunque para sorpresa de Robert, la Mir traía un buen pedicure con las uñas en color azul.

Cual zapatilla de la Cenicienta esos pumps le venían de poca madre, se sentía la mismísima Jackie Bracamontes región 4…

-”Ponte el otro y camina…”  Dijo emocinadito el Roberto.
- Nah, pa qué, si no los voy a comprar.
-Señorita., nos los llevamos, los pago en efectivo (acá bien salchichita y pudiente el Rober).

Dos locales más y una tienda de ropa para chavas vanguardistas, telas coloridas, escotes sexys y accesorios de primera…

- ¿Entramos?
-Nel, pa qué, venimos por tu traje, yo no pienso comprar nada, y pus, gracias por los zapatos, esperaré a ver quién de dos amigas se casa pa’ usarlos…
- Mira esa blusa, te combina con los zapatos, además ya se usan con jeans, no seas mamona.
- Nah, tengo una idea voy por un chesco, tu vas por tu traje y nos vamos ¿sale? hace mucho calor…

La comida rápida estaba hasta el otro extremo del centro comercial, así es que Mir se lo tomó con calma, mientras tanto Robert compró unos pantalones y una camisa de lino chingona, y pasó a otras dos tienditas sopresa.

Se encontraron cerca del estacionamiento y se dirigieron a casa de Mirna, bueno a casa de sus vecinos…

Roberto se estacionó y apagó la nave ( léase me bajo y me invitas a pasar…)

- ¿Qué pedo, no tienes que regresar a la chamba?
Nope, puedo tomarme la tarde libre, invítame una chela, quiero conocer la casa de los escandinavos estos…

Entraron a la casa y Robert bajó unas bolsas… Mirna pensó que le iba a enseñar el atuendo de lino, pero nel.

Llegando en la sala y en lo que Mirna iba por una par de chelas, Roberto sacó de las bolsas un juego de brasiere y tanguita de poca madre talla mediana, en algodón gris y encaje discreto, de otra bolsa sacó una blusa negra con un escote maravilloso, y de la caja sacó ese increíble par de zapatos.

Cuando Mirna regresó de la cocina, todo estaba sobre el sillón de esa chingona sala en esa chingona casa decorada casi toda en madera.

- ¿Y eso qué?
-Pues es para tí, ¿por qué no te lo pruebas?
- ¡Y por qué habría de hacerlo, por qué gastaste, ¿sí eres gay verdad, o es para ti? ¡JAAA!
- A ver deja de hacer berrinche y estar a la defensiva… No te dan ganas de verte sexy, andale pruébatelo y vienes, hey, pero te quitas los jeans.
-¡Qué! quién te crees,¡ oye..!

Y como no queriendo agarró las prendas y se fue a cambiar, al mirarse al espejo en soledad no lo podía creer, nunca había puesto atención en sus senos con un push up, ya que siempre usaba un corpiño deportivo que nomás se las aplastaba, tenía unas piernas súper torneadas, un traserito duro y redondito, y con esos tacones se veía más que hermosa y femenina, solita en la habitación frente a ese gran espejo se sonrojó, y no se atrevía a salir a la sala y mostrarse ante su cuate (cuate hasta ese momento…)

-¿Ya? , ¡sal! te estás tardando mucho o voy por ti…
-No puedo, no, no me puedes ver asi… deja me cambio.

Antes de que Mirna intentara cambiarse, Roberto se recargó en el marco de la puerta sólo a contemplarla.

Mirna volteó y se encogió como apenada, el Rober caminó lentamente hacia ella y le soltó el cabello, la tomó de la mano y le dijo, “ven, tan sólo camina, checa qué sensual te ves”.

¡Ay, ya qué oso…! (a la Mir, sólo le faltaba su reboso y su caja de bachoco… )

De la mano, caminaron los dos hacia la sala… con cada paso Mirna se sentía cada vez más segura, y llegando a la sala ya caminaba completamente derechita con un pie adelante y el otro atrás. (como lo vio en el  fachion ti vi).

Roberto la dejó de pie (conste que no digo parada, eso al rato le pasaría a él) y se sentó en el sillón a beber su chela.

Cual Diego Luna dirigiendo; le decía cómo y hacia dónde caminar, que se diera la vuelta y se agachara un poco para ver su trasero, aquella blusa sin jeans parecía un vestido corto, el escote era de lo más sexy para su copa C. Así le dijo, ven siéntate a mi lado…

La neta Mirna parecía hipnotizada por esa sensación de sensualidad y seducción que se expresaba sin palabra alguna, parecía que un torrente de agua hirviendo recorría todas sus venas. Ya sentada al lado de Roberto, el le dijo quedito al oído, con ese calor breve que desprende el aliento cuando las ganas de cachondear apenas arrancan.

“Qué te parece si jugamos a que estamos en un privado y tú eras una bailarina (léase teibolera…) Mirna, siempre me gustaste y quiero que estalles por dentro, que dejes de jugar al chamaquito… ya viste qué hermosa eres, te has dado cuenta del cuerpo que tienes, y luego te preguntas por qué no tienes novio, porque no has dejado salir a la mujer hermosa que eres, por qué la reprimes, ¿a qué le temes..? (todo esto mientras le besaba el cuello y con el dedo índice acariciaba ese escote de revista Cosmo.

Con una obediencia extraña Mirna se adentró en el papel, (¿será que neta, todas tenemos una teibolera dentro?).

Y así Mirna comenzó a bailar lentamente, imaginando la música, primero se quitó la blusa y en esa linda ropa interior comenzó a desabrochar la camisa de Roberto, sin darle un sólo beso, después se bajó sutilmente uno de los tirantes del bra, y siguió frotando su cuerpo contra el de su -todavía cuate- mientras tanto le hacía preguntas absurdas; ¿Cómo te llamas guapo?, ¿cuántos años tienes?, ¿vienes seguido a este lugar?, no te había visto, y Roberto siguiendo el juego contestó respuestas incoherentes…

Así lo más prendido fue cuando Mirna comenzó a desabrocharle el cinturón, de inmediato sintió como aquel pantalón comenzaba a levantarse mágicamente, en ese momento se sentó encima de él dándole la espalda y se quitó el brasier, despacio se hizo hacia atrás y se dejó llevar mientras Roberto la tocaba suavemente.

Roberto estaba mega prendido, y Mirna lo castigaba un poco, no lo besab,a pero lo tocaba todo el tiempo, de arriba a abajo, hasta quedarse desnuda con tan sólo los zapatos puestos…

-Voy por otra chela (bueno en el argot teibolero hubiera sido “un trago, o una copa”…)

Desnuda, y subida en esos zapatos ( y digo subida porque se sentía una reina), caminó lentamente hasta la cocina, tomó otra cerveza del refri, y ahí mismo por detrás la tomó Roberto…

La cocina fue el escenario que rompió la historia de aquel privado, pero sin duda pasaron a otra… si los pinches escandinavos supieran el cuidado que se le estaba dando a su cocina carísima, se hubieran puesto más chapeaditos de lo que ya estaban…

De la cocina, pasaron al tapete de las sala, del tapete de la sala a la mesa del comedor, de la mesa, a la escalera, de la escalera al cuarto de TV, del cuarto de tv al jacouzzi de la recámara principal… horas y horas pasaron, hasta que de nuevo les dieron las seis de la mañana… Mirna se quedó mega jetona, con aquel dolor de cuerpo feliz y placentero…

Roberto no la despertó, se vistió para ir a casa, bañarse e irse a chambear… Después de este evento, Mirna y Roberto fueron los mejores amantes amigos y amigos amantes, por supuesto Mirna, turnaba el uso de los tenis con el uso de sus zapatos sexys y coquetos, cuando se sentía sola o triste en esa gran casa, algunas veces se quitaba la ropa y caminaba con esos zapatos sintiéndose poderosa, pero sobre todo hermosa.

Fact SE&DF: Hay personas que aparecen en tu vida como un espejo, sólo para reiterarte lo maravillosa que eres…

Fredhel@ Twitter

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