martes, 29 de junio de 2010

Miércoles de Plaza, una nueva fragancia...

Emilio trabajaba como capturista casi doce horas en una oficina grande y chafa. No hacía mucho tiempo que terminó una relación, sumamente tormentosa y desgastante, en donde no sólo aportó su paciencia y energía, sino también, demasiado dinero, dejándolo con el corazón y la cartera rotos.
  
   Era un típico miércoles por Reforma; tráfico, lluvia, un chingo de gente, y apenas era mitad de semana, cómo no estar de malas, sobre todo si ni paraguas traes.
Esa noche casi a las 10, salió hastiado, por no decir, hasta la madre de chamba y sobre todo, ya no toleraba a su jefa Doña Lula, una gorda bigotona que seguramente había regresado a su segunda virginidad, si es que alguna vez tuvo la suerte de perder la primera…

Todo el dia gritaba, EMILIOOOO, EMILIOOOO, ven a mi oficina… para él, que era un amante de la moda, nada le cagaba más, que ver los trajes sastre de terlenka que usaba la jefa, sus espantosas medias para controlar las varices, además de sus terribles zapatos que parecían ortopédicos, y por si fuera poco se los ponía del diario… Emilio, ya no soportaba más, su sueño era ser asistente en pasarelas de moda y no capturista de cuarta, pero su papá lo obligó a estudiar computación en una de esas universidades de chocolate.

  Esa pinche noche, nomás no le daba la gana de regresar a su casa, su dos roomates también lo tenían hasta el moño, así es que con el pretexto de que le hacía falta un desodorante, decidió ir al super que abre 24 horas y comprarse uno que oliera tan chido, como para ligarse a alguien igual que en los comerciales, así es que decidió, cambiar de fragancia…
  Así, entró al gran almancén, pasó por el departamento de electrócnica, y suspiró por una pantalla plana… “Nah, con la mierda que gano, no puedo pagarme ni una tele de velador”; siguió caminando, pasó por las frutas y verduras, chingándose unas uvas a discreción, posteriormente caminó por el área de pescados y mariscos, por extrañas razones Emilio toleraba menos que nadie ese olor… y así llegó hasta el pasillo de los desodorantes… y comenzó a buscar la nueva opción de aromas.
  A los pocos segundos llegó una linda chica; delgada, no muy alta, castaña, con una mata brillosa como de anuncio de champú, y unos hermosos, pero hermosos y mega chingones zapatos de tacón, mismos que robaron de inmediato la atención de Emilio, en el primer zoom. Cruzaron una mirada tímida y continuaron oliendo los desodorantes para decidirse por uno, hasta que sin esperarlo, Esmeralda se le acercó de huevos, ¿Quieres que te recomiende uno…?

Emilio nervioso, le respondió que sí…

-¿Cómo sabes cuál me puede quedar?
-Pues mira, mi hermano puberto usa ésta y siempre huele rico, además de que las chavitas se le caen rendidas.
-Ahhh, bueno, realmente quiero que me guste a mi, no tanto si las chavitas se me pegan o no…
– MMM, sin ofender, pero por lo que asumo traes el aroma de burócrata… L`au de la oficiné, que huele a 12 horas en una pinche pc, ¿o me equivoco?, Ja Ja, la neta éste aroma le dura a mi brother todo el día, pero si no te late…

Emilio quedó encantado con su “frescura” y lo directa que fue;

-Tú a qué te dedicas, porque la neta no hueles a nada. Cuestionó el Emi
-Soy arquitecta, tal vez huelo a luminarios, hago diseños de iluminación…
– Bueno, hagamos algo, yo elijo el aroma para ti y tú el aroma para mi…

A Esmeralda le latió el capturista de gafas, de inmediato notó en él cierta timidez e inexperiencia y eso comenzó a calentarla. Juntos caminaron hasta las cajas y no compraron nada más.
“Cobro junto o separado” preguntó la cajera;
Esmeralda dijo, separados, y Emilio respondió juntos, y yo pago.

Así ella ni tarda ni perezosa le cuestionó; “A ver tú dijiste que juntos, eso me suena a propuesta…”

Emilio se puso aún más nervioso, pero no le huía a la idea de probar “una nueva fragancia”, así es que le respondió, “Bueno, no tengo a dónde invitarte, ni nave traigo”, se encogía de hombros.

– Pues fácil, vamos a mi depa, vivo aquí a unas cuadras, y traigo nave, ¿te late?

Emilio lo pensó muy poco y asentó con la cabeza. Cuando se dio cuenta, ya estaba en la nave de la arqui coquetona, quien resultó la antítesis de su jefa, ya que su traje era simplemente hermoso.

Llegaron al depa, Emilio se quedó de a seis cuando vio la iluminación de aquel loft maravilloso, no cabía la menor duda de que pertenecía a una arquitecta, pero lo que más le llamó la atención fue el vestidor, en donde tenía cada par de zapatos magníficamente acomodados y de ultimísima moda.

-¿Me dejas tomarle una foto con mi cel?, nunca había visto tantos zapatos tan chingones juntos.

Esmeralda sacada de onda, le dijo que si… Pero ¿qué interés podría tener un wey en sus zapatitos de princesa?

En lo que Emilio tomaba la foto, Esme fue a la cocina para preparar algo de cenar y de beber.

Ya en la sala, después de una botella de merlot, la sopa comenzó a salir.

-Oye, por qué la foto de mis zapatos, estás medio pirado…

-Ja ja! cuando era niño me encantaba ponerme las zapatillas “mialegría” de mis hermanas y ahí andaba yo, TRAKA TRAKA, taconeando por todo el patio, una vez que me cachó mi papá, tremenda madriza que me puso, imagínate, su único hijo, el mayor usando las zapatillas de “plasti-cristal”.

– Bueno, eras un niño, yo jugaba con el kid acero de mi hermano y me encantaba hacerle al hombre nuclear, así es que no veo nada de malo… ¿o si?
– Ahhhh no, pero bueno desde ahí tengo obsesión con los zapatos de tacón, creo que sí, es un fetiche para mi.

Ahora vengo, dijo Esme y corrió a su vestidor, se sacó la ropa y quedó en lencería, poniéndose sus mejores y más caros tacones y salió de nuevo a la sala con un caminado mega sexy, como de pasarela de Milán.

Wow, dijo Emilio, que zapatos… MMMM, preguntó la arqui, ¿sólo me estás viendo los zapatos?

Ahhh,no bueno, (con sudor en la frente), lindo conjunto, es de Victoria Secrets, ¿verdad?

-¡Cómo sabes!
-Checo el catálogo por internet casi todos los días.

Vaya, pensó Esme, seguró este tipo le hará buenos regalos a sus novias…

Sin más, Esme se le aventó al regazo y sentada en él comenzó a besarle el cuello, las gafitas de Emilio se empañaron, dejando los ojos de plato, mientras ella lo besaba en la boca deliciosamente.

-¿Vas muy rápido, no? le reclamó Emilio temblorosito con su chaleco de rombos.
-No te preocupes, no te voy a pedir tu cel, ni tus generales, sólo quiero pasar un buen rato, ¿te animas, o sin pedos, aquí le paro?

Pero Emilio seguía pensando, que no era mala idea, probar esa nueva fragancia…

Y así llegaron a la cama, en la habitación luz tenue, creada por un dimmer instalado por Esme.
Comenzó el cachondeo… “Hey, por ahí no chaparrito, de ahi sigo virgen” ;
Sudando más de nervios, que de calentura, Emilio le pidió disculpas y continuaron con el cachondeo, Emilio tocaba sus bubis como si se tratara de un juguete nuevo.

Para ser la primera vez que Emilio lo hacía con una mujer, no estuvo nada mal. Emi era gay, y ya había tenido sexo con muchos chicos, por ello, de principio no supo a ciencia cierta cómo y por dónde se le hacía a una mujer, o si iba a sentir raro, o si ella lo notaría, sin embargo, logró que la arqui, se viniera dos veces; para él, el blow job, tuvo un matiz diferente, sintió una sensación más delicada, por tratarse de la boca de una mujer, pero no le gustó tanto comparado con su ex novio.

Al final del acto, Emilio saltó de la cama con prisa y comenzó a vestirse rápido, Esmeralda casi se quedaba dormida, estaba agotada, pues eran casi la 3 de la mañana.

-¿Te importa si no te acompaño?; dijo la Esme boztesando, -dile al portero que te abra, dile que eres mi primito el nerd…

Emilio le dio las gracias, y entre la oscuridad salió del loft, sin dejar rastro.

A la mañana siguiente, Esmeralda notó que, bajo su cama no estaba aquel par de hermosos tacones carísimos que compró en Place Vendome, en su último viaje a París.

Emilio sintió remordimiento por habérselos robado, pero sin duda, cada vez que se los ponía en la soledad de su cuarto, mirándose en el espejo, se sentía tan libre y completo, como aquel niño que taconeba por los pasillos de su casa, con aquellas zapatillas mágicas…

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