martes, 29 de junio de 2010

LA EDECAN...

Maru no había ni terminado la prepa, pero la naturaleza y la genética le habían otorgado un cuerpazo y una sexy cabellera negra, lacia y brillante… su rostro era común y corriente, pero bueno, con el apropiado maquillaje sabemos que no hay mujer fea…

Al cumplir los 18 ya modelaba ropa interior para catálogos del súper, y ya para los 19 había sido hostess en un buen restaurante de insurgentes.

Ahora con 22 años formaba parte del grupo de edecanes y modelos de reconocida marca de cerveza, la división la envió entonces al grupo de porristas (edecarnes; que les llaman, que les dicen, algunos…) animadoras de los medios tiempos en los partidos de fut para casi todos los estadios del DF y en algunos de provincia.

Imaginen nada más el ambiente que se da, entre todo este grupo de mujeres sabrosas, ya saben, hipocrecía, y puñaladas traperas, siempre compitiendo por ver quién es la más buenota de todas, quien tiene las mejores bubis (o las prótesis de mayor calidad) las mejores pompis y demás encantos que enloquecen a la afición. (Ya lo se, nada que ver con la porra oficial de la tribuna, no me dejarán mentir).

En este grupo nadie era amiga de nadie. (Hago incapata que edecanear es una chamba como cualquiera otra y cada chica decide qué provecho sacarle… no se me vayan a ofender).

A todas ellas les dan un uniforme de cierta talla (lógico, extra pequeña) y quien comience a rebasar un poco el resortito de las mallas y el top, corre el riesgo de perder el empleo. Y así le sucedió a Leticia, quien por tomar anticonceptivos comenzó a inflarse y su vientre plano parecía ya más bien, como panza de alguien que padece colitis… y tuvo que salir, con lo cual Maru aprovechó para traer a una de sus mejores amigas al grupo; Lilí quien también tenía un cuerpazo, y estaba por terminar la carrera, sin duda la propuesta para trabajar los fines y ensayar por las tardes entre semana, ganando una buena lana, no le caía nada mal para financiar sus últimos semestres en la Unitec.

Aunque a diferencia de Maru, Lilí era muy tímida, en los ensayos siempre el coreógrafo gay le gritaba, “Reinita, mira hacia arriba y hacia el frente, uno y dos, has como si coquetearas con los espectadores”, y se la nalgueaba todo el tiempo “quesque” para que comprendiera que debía andar derechita, (a veces creo que algunos gays se aprovechan de su condición nomás para toquetear, y como nadie les reclama…) La verdad, si por Lilí fuera, le sería mejor meterse en la botarga de la botellita de cerveza, pero bué!.

Maru había pasado ya por algunos, que digo algunos, VARIOS futbolistas (estaría cabrón negarse ¿no? bué, aunque hay algunos que la neta cuerpo de tentación y cara de taquero… aunque al parecer Maru aplicaba el famoso almohadazo u otras sólo miran en el carrazo y la cartera… vayan a saber).

La neta Maru buscaba alguien que la mantuviera y la sacara de la edecaneada, pero hasta esa fecha su sueño no se había cristalizado.

Por alguna extraña razón Lilí, llamaba más la atención por ser tímida y calladita (o seaaa, ¿es neta que se ven más bonitas?), de verdad hacía un gran esfuerzo cuando salía a la chancha y bailaba, era como si se bloqueara y sólo pensaba en colgar el título en la sala de la casa. En cuanto el espectáculo terminaba, se iba derechito al vestidor y se ponía unos pants que no dejaban ver nada de carne.

Una tarde terminando un partido en el Azul, las amigas salieron juntas morían de hambre y planeaban ir a comer su respectiva pastura, pero en el túnel se les cruzó reconocido jugador, directamente para “convivir” con Maru, era más que sabido que el argentino ese, era casado, pero al parecer le valía un alfajor, (léase, le valía madres).

-¿Entonces te veo ahora, ché?
-Sí, ahorita te alcanzo, deja me despido de mi amiga.

Lilí medio sacada de onda le preguntó;
- ¿Te vas a ir con él?, es casado güey.
- Me vale verch, si él no le da el lugar a su esposa, menos yo, con que no nos vea un puto paparazzo todo está chido…

Lilí subió los hombros y cerró la boca. Así las amigas se despidieron.

Maru siempre había soñado con tirarse a este pambolero, para ella salir del estadio con él en su Hummer -bueno escondida en el asiento de atrás- (sorry pero para mi estas camionetas parecen partrullas fronterizas… pero cada quién) e irse a un lujoso hotel de reforma, era casi, casi un sueño, como de “ceniputiedecáncienta”.

Llegando a aquella lujosa suite, el güey a lo que iba, la tomó de la cintura, la volteó de espaldas, quitándole toda la ropa, y presta pa’ la cancha, digo pa la cama… Maru se esperaba un gran balón, la sorpresa fue encontrarse con una pelotita de golf… Ya desde ahí, ¡cómo rayos te rajas a la hora de la hora…! ni modos, la chava trataba de mostrarse bien prendida a pesar de las super piernas del subcampeón y sus marcados pectorales, a la edecán se le bajó la pila, pero pues trató de disfrutar, (aquí un caso más, del clásico roperote con una llavecita).

Este futbolista se creía contorcionista y pensaba que Maru era de poliester, la cambiaba de posición cada 5 minutos, se sentía bien salvaje dándole nalgadas y gritando ¡Oh si, si ahhhrgggg, ohhhh! (¡se creía He Man me cae! y no por chaparrito y mamado).
Sin embargo para las pulgas del argentinete, bastó un NO rotundo de Maru, ante la petición de entrar por detrás de la portería, para que este se encabronara, peor que con un árbitro vendido.

Así es que el arrogante Mr. Soccer (¿¿¿o sucker???) terminó “su tango” y le dijo; “Vístete, sho sha me voy, aquí tenés para el taxi, salí una hora después que sho, no quiero que alguien nos vasha a ver… Pide de comer si querés y que lo carguen a mi tarjeta, y recordá, que tú y sho ni nos conocemos…” (Ay qué amable el Porteño).

La Maru aprovechó la tina de hidromasaje del hotel se dio un baño de burbujas, pidió un platillo caro con harta “coca lai”… y se fue a jetear a su casa medio sacada de onda, la neta es que a pesar de su récord todavía le quedaba un espacio virgen en su cuerpo y no a huevo tenía que cederlo, misma historia que comentaría con Lilí.

- No me fue tan bien la neta, me esperaba otra cosa y ese carnal se portó culero a huevo me quería tirar por “detroit” con su punta del este.
- Bueno qué te digo, de entrada no te metas con la nómina amiga… ya estás más quemada que un porro.
- Ay no me vengas con sermones, de todos modos, así como tú vas no llegarás a ningún lado. (ahhh, ya esto se pasaba un poco del tiro libre, y eso que eran amiguis).
- Cámara Maru, yo nomás quiero terminar la carrera, pero cada quien sus nalguitas amiga…

Al siguiente partido, Maru ya andaba viendo en dónde ponía la bala, (bueno el traserito), pero esta vez decidió que sería con un soltero a ver si pegaba su chicle.

Al terminar el partido, Maru se iba en blanco, salían juntas de nuevo cuando un chico bastante guapo se les acercó, no era futbolista, era un “chavito bien”, hijo de papi, que tenía su palco en el Azteca, Maru pestañeaba cual abanicos eran sus párpados, Lilí pa’ variar miraba al piso, y ya esperaba que su amiga le diera el cortón para irse con él.

Vaya sorpresa, Luciano le pedía su celular a Lilí… Maru puso los ojos de plato y hasta rojos de envidia le quedaron…

Lilí tímida le cuestionaba al fresoide, ¿y por qué, no sé ni tu nombre?
- ¿Quiero invitarte a salir, me aceptas una cena?

Maru, agarró su cuerpecito y siguió caminando celosa e indignada, mientras Lilí se apoyaba tras su back pack, que cargaba hacia el frente.

- No gracias de verdad, es que no salgo con desconocidos.
- ¿Y cómo me voy a convertir en tu conocido si no quieres salir conmigo…? ¿andas con algún pateabalones?
-No, pero estoy en exámenes finales y neta no puedo, con los ensayos y la escuela…
-¿Estudias?- Porque ya veo que sí trabajas (ahhh qué cagado el “yunior”)
- Sí, tengo media beca, me falta un año y me gradúo…
- Dame tu número ándale, y te espero para salir, hasta tú que puedas…

Señores, hay códigos postales, pero a éste fresa de verdad que Lilí lo había apantallado.

Después de un par de semanas Lilí aceptó salir con él, fueron a cenar y ni un beso se dieron, Lilí platicó casi toda la noche sobre lo que le gustaba leer, sobre lo que le gustaría hacer terminando la carrera etc. Luciano se dio cuenta que Lilí no era una cabeza hueca, y la invitó a salir de nuevo, y de nuevo y de nuevo.

- ¡Qué ñoña eres Lilí, ni un puto beso le has dado, pps qué esperas o qué!
- Cálmate Maruca, somos cuates y me cae poca madre, además está cabrón que un chavo así se fije en mi para otra cosa, así es que mejor soy su amiga y ya, no me meto en pedos.
- Yo el sábado me tiré al delantero ese que te dije, el morenazo, pero ahí quedó, creo que también se anda cenando a la uruguaya de nextel…
- Te dejo, tengo que terminar un trabajo, nos vemos mañana en el ensayo.

Lilí y Luciano seguían saliendo cuando ella podía, muy asertiva Lilí, sólo disfrutaba el momento en que estaba con él, pensando que cada vez sería la última. Para su sorpresa, un domingo por la tarde, Luciano le llegó en el cine, a media peli, con todo y palomas. Para no hacer ruido Lilí sólo asintió con la choya y se besaron por fin.

Pasaron algunos meses y Lilí abandonó la animación para dedicarse a su Tesis, Luciano la apoyaba de vez en vez con su media beca y al año se comprometieron.

En tanto, Maru se dio cuenta de que tenía un balóncito adentro, y también tuvo que abandonar al grupo en lo que decidía si tendría al chamaco, o a ver si aquel futbolista que no pasaba de la banca le cumpliría…

Fact Sex&DF. “No todo lo que baila, presta”.

(Gracias G.D. por enviarme tu historia).

Fredhel@Twitter.

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